A cuenta del problema surgido con los estibadores portuarios nos vamos enterando de que no todos estamos en las mismas condiciones a la hora de cumplir con las normas comunitarias.
Así, una infraestructura pública como son los puertos y su actividad de tráfico de mercancías, de enorme importancia y repercusión en la economía de nuestro país, al parecer está controlada por el sindicato de estos trabajadores y muy lejos de los criterios de libertad de acceso a esos puestos de trabajo para todos los ciudadanos, asegurándose así unos puestos de trabajo y unas remuneraciones que parecen de ciencia ficción en estos tiempos de crisis.
Yo soy arquitecto y hace años que si el ayuntamiento de mi ciudad quiere llevar a cabo una obra, tiene que convocar un concurso y abrir la participación a todos los arquitectos europeos y si establece cualquier clausula o requisito que pueda primar o favorecer a alguien, le anulan el concurso e incluso le pueden imponer sanciones y lo mismo para todas las administraciones en Europa.
Que decir del personal sanitario y de cualquier funcionario en general, que se ve sometido a las mismas reglas a la hora de concurrir a una plaza y ni siquiera prima la residencia en la localidad o su nacionalidad.
Pues bien, no me sorprende que estos trabajadores traten de defender y mantener mientras puedan esa situación y condiciones privilegiadas de las que disfrutan, pero me parece increíble que algunos partidos, que se supone responsables, permitan que eso siga siendo así, y rechacen la aprobación de leyes por el hecho de que no están acordadas con los interesados, que se cierran en banda a admitir los cambios y eso sin tener en cuenta la discriminación a la mujer, que al parecer tiene vetado el acceso a esos puestos.
No recuerdo que nuestros queridos políticos muestren el mismo interés y ánimo de negociación a la hora de aprobar cualquier ley, y suelen justificarlo en que los que les eligieron les otorgaron su confianza, y si no les gusta lo que hacen, que no les voten en las próximas elecciones. ¿De verdad piensan que los ciudadanos estamos de acuerdo ó les hemos votado para que actúen así?
¿Se imaginan que fuesen los colegios profesionales los que decidiesen que profesionales pueden entrar al servicio de la administración y quien no e incluso estableciesen prioridades por parentesco u otras fórmulas discriminatorias o excluyentes? ¿Se lo imaginan también en los sindicatos? Pues eso parece ser precisamente lo que está sucediendo en el caso de la estiba, y en el Congreso, la mayoría de nuestros representantes, parecen no estar preocupados por ello y supeditan la corrección de esta barbaridad a que los afectados se muestren de acuerdo.
¡¡Ah!! Y mientras tanto, además del incremento de precios que ello pueda estar suponiendo por la falta de competencia y libertad de mercado, nos supone una multa de unos cinco millones de euros mensuales, que también pagamos los ciudadanos.
Por cierto, de ofrecer prejubilaciones a los 50 años con sueldos de “ministro en activo”, nada de nada. No se puede admitir que nos hablen todos los días de la inviabilidad de nuestro sistema de pensiones, con pensiones medias de 800 a 1000 euros, y después pretendan adoptar ese tipo de medidas.
¡¡Ya está bien!! La misma legalidad y el mismo rasero para todos.
José Antonio Virto
TERUEL.