La verdad amigos que no sé si tomármelo como una muestra de incompetencia o una tomadura de pelo.
Ayer la persona que me hace la declaración de la renta, cuando me envió los datos fiscales que había descargado de la Agencia Tributaria, me informó de que se veían bastante mal.
Esa afirmación era inexacta totalmente, puesto que tenía que haber dicho directamente, que sin una buena lupa, era imposible leer el documento.
Siempre se han enviado esos datos en letra normal y perfectamente legibles y no se comprende como en lugar de mejorar, se ha podido retroceder tanto.
O no se han tomado ni siquiera la molestia de comprobar lo absurdo de ese documento tal y como esta preparado o les importamos un comino los ciudadanos, salvo a la hora de pagar, que para eso no admiten escusas de ningún tipo.
Comprobar lo que os digo, descargaros el PDF con los datos fiscales y veréis lo que es una lectura imposible.
¡¡¡Hay que joderse!!! ¡¡¡Que tropa!!!

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Nadie puede acusar a los españoles de no ser solidarios. Nada mas lejos de la realidad, pero hay cosas en torno a este problema que sería necesario aclarar y, por qué no decirlo, cambiar, y cuanto antes mejor, porque en caso contrario si que pueden acabar contribuyendo a que sentimientos indeseables puedan arraigar poco a poco en los ciudadanos, como ya está ocurriendo en otros países de nuestro entorno.
Circulan muchas noticias sobre las cuantiosas ayudas que reciben muchos de estos emigrantes, y sin duda, estarán exageradas, pero lo cierto es que somos muchos ciudadanos los que vemos parte de ellas y existe en torno a estas una falta total de información oficial fiable.
Son muchos los organismos, administraciones centrales, autonómicas y locales, así como ONG´s que prestan ayudas a estos emigrantes, pero la sensación es que no existe un verdadero control sobre las mismas, ni una información fiable que garantice un reparto equitativo y justo, ni parece estar claro un plazo máximo para el derecho a la percepción de estas ayudas.
La cuestión se agrava cuando se aprecia que, en muchos casos, las ayudas que reciben son de cuantía y plazo superior al que recibe un ciudadano español. Yo mismo he sido testigo de la afirmación de un emigrante magrebi en el sentido de que su mayor error había sido nacionalizarse español, porque le había supuesto perder ayudas mientras que su mujer, que no lo había hecho, seguía percibiéndolas.
Además, estas ayudas y el miedo a perderlas, les empuja a sus perceptores a la economía sumergida, lo que supone un problema añadido.
Al igual que Hacienda nos controla a todos, debería controlarse totalmente las ayudas de todo tipo que se dan a cualquier persona, evitar la acumulación injustificada de ellas y fijar un plazo máximo para su percepción, sin que se conviertan poco menos que en vitalicias.
Ahora que tanto se presume de transparencia en la gestión pública, deberían hacerse públicos los presupuestos totales destinados a ellas en todos los ámbitos y se debería aplicar el lema de «zapatero a tus zapatos» y no pretender desde cualquier administración atender a fines que no son los que tienen estrictamente asignados, en una especie de carrera por la solidaridad, pero con recursos ajenos.
Solo así se evitará una deriva de rechazo que podría ser indeseable y muy peligrosa.

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Nadie puede acusar a los españoles de no ser solidarios. Nada mas lejos de la realidad, pero hay cosas en torno a este problema que sería necesario aclarar y, por qué no decirlo, cambiar, y cuanto antes mejor, porque en caso contrario si que pueden acabar contribuyendo a que sentimientos indeseables puedan arraigar poco a poco en los ciudadanos, como ya está ocurriendo en otros países de nuestro entorno.
Circulan muchas noticias sobre las cuantiosas ayudas que reciben muchos de estos emigrantes, y sin duda, estarán exageradas, pero lo cierto es que somos muchos ciudadanos los que vemos parte de ellas y existe en torno a estas una falta total de información oficial fiable.
Son muchos los organismos, administraciones centrales, autonómicas y locales, así como ONG´s que prestan ayudas a estos emigrantes, pero la sensación es que no existe un verdadero control sobre las mismas, ni una información fiable que garantice un reparto equitativo y justo, ni parece estar claro un plazo máximo para el derecho a la percepción de estas ayudas.
La cuestión se agrava cuando se aprecia que, en muchos casos, las ayudas que reciben son de cuantía y plazo superior al que recibe un ciudadano español. Yo mismo he sido testigo de la afirmación de un emigrante magrebi en el sentido de que su mayor error había sido nacionalizarse español, porque le había supuesto perder ayudas mientras que su mujer, que no lo había hecho, seguía percibiéndolas.
Además, estas ayudas y el miedo a perderlas, les empuja a sus perceptores a la economía sumergida, lo que supone un problema añadido.
Al igual que Hacienda nos controla a todos, debería controlarse totalmente las ayudas de todo tipo que se dan a cualquier persona, evitar la acumulación injustificada de ellas y fijar un plazo máximo para su percepción, sin que se conviertan poco menos que en vitalicias.
Ahora que tanto se presume de transparencia en la gestión pública, deberían hacerse públicos los presupuestos totales destinados a ellas en todos los ámbitos y se debería aplicar el lema de «zapatero a tus zapatos» y no pretender desde cualquier administración atender a fines que no son los que tienen estrictamente asignados, en una especie de carrera por la solidaridad, pero con recursos ajenos.
Solo así se evitará una deriva de rechazo que podría ser indeseable y muy peligrosa.

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La verdad es que, dado que era la primera intervención de la Ministra Portavoz, no ha quedado muy claro si el asunto estrella de esta primera sesión del Consejo de Ministros va a ser el levantamiento de las medidas de control en las cuentas de la Generalitat de Cataluña.
De ser así, no podría empezarse peor.
Sin ningún compromiso de volver a la legalidad por parte de los independentistas, el levantar estas medidas de control no puede ser más nefasto.
Solo necesitan estos individuos el poder disponer de fondos para seguir en su ruta de romper con España.
¿Para eso era necesario rodearse de José Borrel y de Marixell Batet? Sobre todo no veo el sitio del Sr. Borrel en todo esto, porque de Dª Martxell, partidaria de indultar a los «golpistas», todo cabe esperar en la forma de abordar el «problema Catalán».
¡¡¡Dios mío, Dios mío!!! ¡¡¡Que sea un error y no comencemos tal mal el resto de legislatura que nos queda!!!

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Resulta indudable que Pedro Sánchez ha sorprendido a propios y extraños con un gobierno que, en general, ha gustado a la mayoría de ciudadanos, si excluimos a los que se han sentido traicionados en las esperanzas que depositaron en esta nueva etapa cuando apoyaron la moción de censura.
Unos, como Podemos, porque esperaban recibir parte del «pastel» y han quedado excluidos de la mesa. Seguramente Pablo Iglesias se estará arrepintiendo de su oferta incondicional de apoyo sin haber establecido unas condiciones previas. Otros, como los nacionalistas catalanes, porque no les gustan los nombramientos vistos desde su perspectiva de conseguir avanzar en la independencia.
A todos nos interesa que el gobierno funcione lo mejor posible y sean muchos los avances que se produzcan en el país, pero sin restar ningún apoyo si que me parece necesario apuntar algo.
Lo primero es que me parece estupendo que haya el doble de ministras que de ministros, pero a esto no se le debe llamar un «gobierno paritario» porque no lo es.
En segundo lugar sería bueno que se abandonara la demagogia, y no se hiciera uso de frases como «vamos a situar a España en Europa» como si ahora estuviésemos en la luna y quizá por ello se ha buscado un astronauta.
Que se hable ahora de activar lo antes posible los «pactos de Toledo», cuando se lo ha solicitado en repetidas ocasiones el gobierno anterior y se ha evitado siempre, quizá por el objetivo de no hacer nada que pueda favorecer al rival y que espero que no sea la postura que ahora adopte el PP.
Por último, lo señalado por la Ministra de Educación, haciendo referencia a que»la educación debe de estar por encima de las ideologías» y por ello urge llegar a un pacto, a lo que se podría aplicar el mismo comentario que a los pactos de Toledo en cuanto al rechazo que han protagonizado hasta ahora.
Así pues, vayan por delante los mejores deseos de éxito, que a todos nos favorecerán y el ruego de que hagan lo posible por acabar con este escenario de «reconciliación imposible» que parece impregnar actualmente a la sociedad española.

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El cupo Vasco

Entre los «agujeros negros» de nuestra economía nacional, se encuentra sin duda «el cupo vasco», al menos para mí.
Se supone que, como en Euskadi todos los impuestos los recauda el Gobierno de la Comunidad, el importe de ese cupo es, o debería ser, la cantidad que le corresponde abonar al estado por los servicios no transferidos, que el estado presta para todos.
Hasta el año pasado, ese cupo tenía un montante, si no recuerdo mal, de unos 1500 millones de euros y mediante acuerdo, según nuestros gobernantes para adaptarlo a la realidad actual, se redujo a algo más de 800 millones de euros al año,
Si tenemos en cuenta que la economía de Euskadi supone aproximadamente el 6.1 %, eso supone que el 100% de los servicios no transferidos que presta el estado para el conjunto de las regiones es de menos de 14000 millones de euros. ¿Es eso posible ó hay gato encerrado?
Pero es que si en un año se le entregan de los presupuestos generales otros 540 millones de euros ¿a cuanto se reduce la contribución de estos ciudadanos al conjunto de España que tienen además mucha más necesidad de ayuda?
Ya dije el otro día que es cada vez más cierta la necesidad de «revisar» nuestra Constitución y desde luego cuando se haga, hay que acabar con todos los privilegios de determinadas regiones, en cuanto a financiación y competencias.

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Se está hablando de que el PP, como represalia por la traición del PNV, va a incluir enmiendas a los presupuestos en el Senado, para retirar esas partidas pactadas con ese partido y destinarlas a otros fines, como por ejemplo las pensiones u otros fines, que luego a su vuelta al Congreso sea difícil restaurar.
Yo querría señalar que no se trata de represalias sino de simple lógica comercial. Una buena parte de los votantes del PP, por no decir la mayoría, aceptaron la reducción del cupo vasco y ahora esos 540 millones de euros en infraestructuras para esa región de España, como un precio para la estabilidad y el progreso. Si cuando realizamos una compra y no se nos entrega la mercancía parece lo lógico el reclamar el reintegro del importe abonado, igualmente parece razonable el suprimir este pago, lo que no sería ni lógico ni aceptable es precisamente lo contrario. Si se ha faltado a los compromisos y no se actúa en consecuencia, no solo se estará ofendiendo y ninguneando a los dirigentes de ese partido, sino que se estará haciendo con sus militantes y con todos sus votantes.
Es cierto que las últimas encuestas prevén una bajada importande del PP pero si se deja ningunear gratis otra vez, los resultados y la bajada van a ser dignos del «Guiness».

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No sé lo que pensaréis vosotros amigos, pero yo tengo la sensación de que catalanes y vascos han intercambiado las estrategias.
Hace unos años la «kaleborroca» agitaba las calles del País Vasco en demanda de la independencia, mientras en Cataluña, sus dirigentes, buscaban la contraprestación económica de sus «apoyos» al gobierno de turno.
Hoy la situación es justo la contraria, son los vascos los que venden sus apoyos y los catalanes independentistas los que agitan la calle en apoyo a sus reivindicaciones separatistas.
Si alguien ha pensado que los vascos han renunciado a sus aspiraciones independentistas, creo que está muy equivocado.
Todos hemos podido apreciar los movimientos soterrados de estos últimos años, aprovechando cualquier ocasión para tratar de abrir otra vez el problema, aunque disfrazándolo de conversaciones con el gobierno y aprovechando siempre las debilidades del gobierno central.
Hay quien teme que esta moción de censura no ha puesto fin solamente a un gobierno, sino que se pone fin, aunque de manera encubierta, al espíritu y Constitución del 78 y los protagonistas y promotores de este cambio están por llevar a cabo una profunda revisión de esos elementos que pretendieron, y consiguieron durante algún tiempo al menos, una conciliación entre todos, o casi todos.
Claro que los promotores de aquella Constitución todavía creían en los principios, en los valores y en que «no todo es negociable»
Ante este panorama poco tranquilizador, yo creo que la mayoría de españoles deberíamos abandonar nuestro conformismo y solicitar, y luchar si fuera preciso, por invertir las tornas.
Ya está bien de escuchar a los «negociadores interesados» que hay que conseguir enamorar a Catalanes y Vascos para que renuncien a sus ansias independentistas. ¡Es hora de que se trate de enamorar a la mayoría de los españoles que han sido leales con el país y que se han visto pagados con una discriminación y un olvido que cada vez los distancia más de esas regiones «lloronas».e inconformistas.
Si se reabre el melón de la Constitución hay que acabar con todas las diferencias entre regiones, entre sus financiaciones y sus competencias. Hay que repensar otra vez nuestro sistema autonómico y/o al menos crear órganos de supervisión efectivos que acaben con los «carajales» que hemos venido observando y sufriendo, y abordar sin miedo, como lo hacen en otros países, el retorno de algunas competencias al gobierno central, visto el resultado de lo vivido en estos 40 años.

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Dicen que a las personas se les conoce de verdad en los momentos de crisis y así ha sido, ya conocemos lo que piensa el PNV de los compromisos y lo que «vale» su integridad y coherencia: 540 millones de euros.
El precio para apoyar a Pedro Sánchez era el que se mantuviesen los presupuestos, bueno en realidad, que se mantuviesen las prebendas que habían obtenido en su negociación con el Gobierno, y para evitar retrasos, porque tampoco se sabe con certeza cuanto va a durar la aventura y si el país lo va a poder soportar, que se aceptaran los presupuestos tal y como están tramitándose.
Está claro que, a pesar de que el PP dispone de mayoría absoluta en el Senado, si pretende eliminar las partidas que negoció con el PNV, a su vuelta al Congreso, se volverían a incluir sin ninguna duda, pero ¿Que ocurriría si en lugar de suprimirlas, teniendo en cuenta que existe un techo de gasto y otros condicionantes, ese dinero se destinara a inversiones en otras Comunidades, que además están más necesitadas? ¿Renunciarían los parlamentarios de esas otras Comunidades a las nuevas inversiones presupuestadas por mantener el compromiso del Sr. Sánchez ó responderían con el «Rita, Rita, lo que se da no se quita» haciendo bueno lo de que «Roma no paga a traidores»?
No estaría mal que les sucediera esto y desde luego el PP debería, al menos, intentarlo.

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¿Donde esta el Sr. Rajoy? Esta es la pregunta que se hace mucha gente en estos momentos, dada su ausencia del Congreso de los Diputados.
Hay quien asegura que la dimisión está en marcha e incluso quien dice que, a lo mejor, está presentando su dimisión al Rey.
Lo cierto es que la respuesta oficial es que de dimisión, nada de nada.
Quizá sea bueno recordarle al Sr. Rajoy que el «tancredismo» pocas veces ha dado buenos frutos y desde luego no es la táctica más adecuada en estosmomentos. La moción de censura, si llega al final, va a prosperar y habría que meditar mucho si esto es lo más conveniente y si espera que este asunto se «pudra y desaparezca» solo, está equivocado
Un presidente que está dispuesto a hablar de todo con todos no parece el mejor remedio para los males que nos acechan.
Así que, mal que le pese, debería buscar otras soluciones que pasan necesariamente por su dimisión, y no hay mucho tiempo para ello.
Si usted quiere acabar como mártir, es su problema, pero si para ello nos convierte en mártires a muchos ciudadanos, el problema ya no es solo suyo. ¡¡Téngalo en cuenta Sr. Rajoy!!!

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