¡¡¡UUUUYYYY!!! ¡¡¡UUUUYYYY!!!
Esta mañana he oído en un programa que ya hay quien se plantea si el uso y abuso de tanta multimedia es bueno para el planeta.
Se hablaba del coste energético de una carta tradicional frente al coste de un mensaje difundido por las redes, así como de otros medios de comunicación actuales.
Pero además, hay que tener en cuenta que si tuviésemos que utilizar el correo «de sobre» el número de comunicaciones se reduciría a la milésima parte ó más.
¿Y que decir de la falta de comunicación persona-persona que cada día se ve más y que a los que somos ya talluditos nos llama tanto la atención?
Ya es algo habitual ver grupos de personas, principalmente jóvenes, que se están comunicando entre ellos a través del móvil, sin mirarse a la cara y sin intercambiar ni una sola palabra hablada.
¿Cuantos móviles, ordenadores, tablets, etc están consumiendo energía de continuo para que no se «escape» ninguna comunicación, la mayor parte de las veces innecesaria y totalmente prescindible?
Seguro que cualquier medida restrictiva que se intente tomar en este campo, va a contar con una fuerte oposición, sobre todo de los jóvenes, pues la mayoría de los mayores, o no usan estas tecnologías o todavía recuerdan un mundo donde se podía vivir sin ellas, pero cuando «el río empieza a sonar…»
Así que, haciendo gala de nuestra propensión a apoyar todo aquello que pueda ayudar al planeta, con ahorro de energía, con limitar deshechos peligrosos, con evitar contaminación por ondas, y un largo etc tendremos que asumir todos una nueva regulación de estos medios, aunque me temo, que esta regulación que defenderán tan necesaria, se limitará a gravar con «impuestos disuasorios» su uso, en lugar de buscar una reducción real del problema.
